Está claro que se utiliza el determinante "el" cuando se antepone a sustantivos como "alma", "arma", "aula", etc.
Sin embargo, a veces nos surge la pregunta de si esta regla se aplica a cualquier sustantivo que comience (fonéticamente) por la letra "a" y si abarca también a cualquier determinante que preceda a un sustantivo de este tipo.
Veamos, pues, a continuación, las restricciones y exclusiones a esta norma:
El sustantivo tiene que estar acentuado en la "a" por la que comienza (hablamos de acentuación, no de acento gráfico o tilde):
SÍ: alma, arma, ansia, aula, ánima...
NO: ansiedad, amapola, amatista, aurora
Solo se aplica a cuatro determinantes:
el: el alma
un: un alma
algún: algún alma
ningún: ningún alma
Por lo tanto, serían incorrectas frases del tipo: "no bebas de este agua"
Sólo se aplica al singular:
Las almas descansaban en paz.
Unas armas peligrosas.
Únicamente se debe aplicar si el determinante y el sustantivo son contiguos:
La pobre alma del condenado.
Una deteriorada aula.
La regla es fonética, por lo que se aplica a sustantivos femeninos que comiencen por "ha":
Sintió un hambre desconocida hasta el momento.
No se suele aplicar a sustantivos que pueden cambiar de género, principalmente los de reciente aceptación:
El público se indignó con la labor de la árbitra / El público se indignó con la labor del árbitro
Excepciones:
- Nombres de mujer y topónimos: Ana, la Ana que yo esperaba, llegó sin novedad a la Ávila más bella de la Historia.
- Nombres de letras: La a, la hache, la alfa